Diego Perry y Gonzalo Baeza son publicistas y llevan trabajando juntos más de 18 años, son socios de Wolf (agencia de publicidad formada en 2015) y otras empresas. Luperca es su emprendimiento en el mundo publicitario. “Diría que nosotros partimos desde el otro lado. Siempre trabajamos en la construcción de las marcas de nuestros clientes, de todas las categorías posibles, y pensamos ¿qué pasa si nosotros ocupamos la capacidad creativa que tenemos en nuestro equipo y trabajamos para una marca propia?”, cuenta Diego Perry.
“Me encanta saber que es una marca pensada para pasarlo bien en la noche. Una vez que se va el atardecer y que no te canse”.
El dúo había trabajado durante muchos años para CCU en la construcción de marcas en categoría de cervezas, piscos, bebidas y aguas, de modo que los líquidos era ya una categoría en la que se sentían cómodos. “Cuando empezamos a explorar esas posibilidades, el mundo del gin nos encantó. Ya existía el impulso de instalarse como una categoría local, compitiendo con grandes marcas globales. Estaban apareciendo muchos gins chilenos independientes, y eso es algo que no pasa con el vodka ni el whisky. El gin estaba viviendo un pequeño despegar, al menos en la creación de marca. No había mucha información de estudios, pero sí veíamos que aparecían y aparecían fabricantes, unos desde la pandemia, otros desde antes”, relata Diego.
“Queríamos que fuera interesante en la mezcla, pero que ningún ingrediente destacara. El sabor de Luperca debía ser la suma de una combinación bien equilibrada”.
Si bien sabían que para ellos lo más fácil era la creación de la marca, la identidad, el nombre, el logo y la comunicación, también eran conscientes de que no sabían de la elaboración del gin, ni de embotellado ni nada del proceso que involucraba producirlo. “Todo lo relacionado con la fabricación y la comercialización lo tuvimos que aprender desde cero”, cuentan Diego y Gonzalo.
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Vieron que había muchos gin chilenos que hablaban de ser un maestro destilador, de la recolección de botánicos en un determinado lugar, y decidieron tomar otra ruta: comenzaron por pensar el diseño de la fórmula, qué imagen querían que tuviera el producto para que fuera percibido como distinto de los demás.
Para encontrar al maestro destilador y la destilería donde lo iban a fabricar tuvieron encuentros y conversaciones con varios de los pioneros. “Fueron muy buena onda y abiertos, nos pegamos muy buenas conversas con ellos”, cuenta Diego. “Y uno de ellos, con quien terminamos hablando más largo y se convirtieron en nuestros destiladores, eran los del gin Elemental. Ahí conocimos a Jorge Sepúlveda, quien es hoy nuestro maestro destilador. Él es un artista. Porque el gin es una mezcla de arte y ciencia. En las conversaciones con él nos sentimos muy cómodos, la conversación fluyó y le contamos que queríamos un producto que tuviera un sabor particular, pero que al mismo tiempo no fuera tan complejo. Detectamos que muchos gins tenían un sabor muy marcado y eso generaba adeptos, pero también rechazo. Nosotros queríamos un perfil de sabor que fuera interesante en la mezcla, pero que ningún ingrediente destacara. El sabor de Luperca debía ser la suma de una combinación bien equilibrada”. De hecho, antes Gonzalo no era muy fan del gin. “Sentía que de todos los espirituosos que te podías tomar, este es el que tiene más olor a colonia”, confiesa. Sin embargo, hoy sus favoritos son el London Mule o el clásico Gin Tonic preparado con Luperca.
El nombre surgió a partir de un cuadro que tienen en su oficina, donde están Rómulo, Remo y un tercer “hijo” con la loba Luperca.
Hicieron muchas pruebas hasta llegar a la fórmula final que patentaron. “El producto nos dejó muy felices, primero porque nos gusta, pero también porque la sensación de todo el mundo que lo probaba era que es rico, pero no es neutro, tiene personalidad.
Diría que, en el mix de 15 botánicos de Luperca, la diferencia la aportan el ají cacho de cabra ahumado, que entrega un toque de picor, y la rosa mosqueta, que le da una nota de microdulzor”, dicen los socios.
¿Por qué el nombre? Nace de la intención de tener un vínculo con su agencia, Wolf. Y surgió a partir de un cuadro que tienen en su oficina, donde están Rómulo, Remo y un tercer “hijo” con la loba Luperca. “Nos lo regaló un socio nuestro que era el director de arte; había hecho ese cuadro porque cuando armamos Wolf éramos tres”, cuentan.
La primera partida de Luperca salió en 2022 y fue de 1.600 botellas. El lanzamiento estuvo justo a tiempo para presentar Luperca en el Catad’Or World Spirits Awards (concurso que reúne a un jurado internacional experto para evaluar bebidas espirituosas) y ganó medalla de oro. Paralelo a esto, Diego decidió hacer un curso de bartender con mención en mixología para explorar el mundo de la coctelería. De esta forma, cuando ya estaban a punto de lanzar tenían definidas preparaciones que funcionan muy bien con su gin, para demostrar su potencial más allá de la combinación con agua tónica. “En el mundo de la coctelería tenemos mucho para jugar”, cuenta.