Ika Cerámicas

Las manos en el barro y el corazón en el arte

Benjamín Díaz Rovano crea piezas tanto utilitarias como decorativas en cerámica gres. Sus diseños son de líneas simples y le interesa que realmente sirvan a quienes las tienen.

17 julio 2023

La belleza de una piedra sintetizada

Desde su adolescencia, Benjamín Díaz Rovano supo que se iba a desempeñar en alguna labor creativa. Le gustaba mucho pintar y dibujar. Y después de hacer un bachillerato en humanidades y un año de sociología se dio cuenta de que su deseo de crear con las manos seguía intacto. 

Así que se matriculó en la Escuela Aplicada en Artes de Oficios del Fuego y aprendió varias disciplinas. Hasta que un profesor le dijo que la cerámica gres era el material con el que mejor se llevaría. Su maestro tenía razón, porque eso es lo que realmente lo apasiona.

 

“Para mí es muy importante aprender de otros maestros, porque en este oficio no hay un solo camino”.

 

Durante años trabajó en talleres de otros artesanos, pero siempre parte de su sueldo lo ahorró para independizarse. Y aunque en el 2014 formalizó su emprendimiento, siguió trabajando con otros creadores. “Para mí es muy importante aprender de otros maestros, porque en este oficio no hay un solo camino. Si hay algo hermoso de todo esto, es que la cerámica dispara para todos lados. Es esa multiplicidad de miradas y cantidad de formas de hacer lo que me alimenta el deseo de seguir experimentando”, dice quien ahora comparte sus conocimientos. Ya no trabaja en otros talleres, pero hace clases a nuevos otros artesanos.

Dice que lo que más le gusta de su trabajo es poder jugar: “Me gusta saltar de piezas más utilitarias a otras decorativas, y proponer piezas más gestuales, más artísticas. Todas ellas ponen en valor el proceso y el material. Eso me da felicidad dentro del taller. Es un quehacer bastante personal”, comenta.

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